La vitamina C o ácido ascórbico interviene en el mantenimiento de huesos, dientes y vasos sanguíneos por ser buena para la formación y mantenimiento del colágeno. Desarrolla acciones anti-infecciosas y antitóxicas y ayuda a la absorción del hierro no hémico en el organismo.
La vitamina C actúa como un antioxidante y es necesaria para tener una mejor resistencia contra las enfermedades, ya que ayuda a mantener sanas las membranas mucosas que recubren los tractos intestinales y respiratorios.
Es necesaria también para la formación de colágeno, necesario para fortalecer el tejido conectivo de tendones, cartílagos, huesos, dientes y de la piel.
Por su papel en la formación de colágeno, la vitamina C contribuye en el proceso de sanar heridas, golpes y fracturas.
También es importante para muchas reacciones del metabolismo. Se necesita para la producción de dos mensajeros químicos del sistema nervioso, estos neurotransmisores químicos son la serotonina y la dopamina que permiten a las células nerviosas comunicarse entre sí. Asimismo es necesaria para la producción de ácidos biliares, fundamentales para poder realizar la digestión de grasas.
Es necesaria también para la formación de colágeno, necesario para fortalecer el tejido conectivo de tendones, cartílagos, huesos, dientes y de la piel.
Por su papel en la formación de colágeno, la vitamina C contribuye en el proceso de sanar heridas, golpes y fracturas.
También es importante para muchas reacciones del metabolismo. Se necesita para la producción de dos mensajeros químicos del sistema nervioso, estos neurotransmisores químicos son la serotonina y la dopamina que permiten a las células nerviosas comunicarse entre sí. Asimismo es necesaria para la producción de ácidos biliares, fundamentales para poder realizar la digestión de grasas.